Preparación
Puesto que lo buscamos es ante todo relajar, la ambientación va a ser igual de importante que el propio masaje. Para ello, debemos tener en cuenta estos sencillos aspectos:
¨No olvides que un Masaje Sensual también lleva una preparación, técnica y ambientación para así pasar un momento agradable, único y de completo relax¨
Ambientación
- Una iluminación agradable donde la luz no sea muy intensa.
- Se recomienda una música instrumental, música agradable y relajante para la ocasión, esto nos ayuda a reducir el estrés significativamente.
- Podemos aromatizar la habitación con alguna fragancia suave.
Materiales
- Toallas
- Servilletas para secar el exceso de aceites
- Para realizar el masaje puedes utilizar cremas o aceites esenciales
- Los aceites esenciales tienen la ventaja de que tardan más en absorberse en la piel y ofrecen ventajas terapéuticas, como el alivio de la ansiedad
Técnica
- Empezaremos vertiendo el aceite para expandirlo mediante movimientos ligeros y alargados.
- Usaremos las manos completas y empezaremos en la parte baja de la espalda de la persona. Los movimientos serán siempre hacia arriba, respetando el flujo sanguíneo que va hasta el corazón.
- Podemos ejecutar la técnica de amasamiento o presión con mucho cuidado. Se trata de hacer círculos con los dedos alrededor de la zona de los hombros, cervicales y media espalda, ejerciendo una presión ligera durante unos pocos segundos.
- En los amasamientos, el dedo pulgar y la palma de la mano avanza sobre la sección de la musculatura que queramos trabajar. Este paso dura unos 4-5 minutos.
- Hemos de recordar que un masaje tiene una secuencia y un ritmo. Si empezamos los movimientos con ambas manos sobre el cuello y la espalda, no vamos a retirar una de las manos al poco tiempo porque nos cansamos. Ello hará que se rompa el ritmo y la armonía.
- Podemos terminar el masaje con la técnica del abanico. Se trata solo de separar mucho los dedos de la mano (como en abanico) para ir pasando en forma ascendente desde media espalda hasta el cuello.
Para concluir, debemos recordar evitar hacer masajes relajantes cuando la persona tiene algún dolor o lesión cervical, podríamos agravar el problema. Los masajes relajantes deben ser muy suaves y disfrutar de igual forma con la ambientación y el simple contacto físico.
«Las zonas que más agradecen un masaje son, sin duda, la región cervical y los hombros»